Bajo presión en Holanda en medio de acusaciones de haber agredido a su ex novia en 2015, Camiel Eurlings renunció el viernes al Comité Olímpico Internacional (COI).
«Lamento profundamente el desarrollo de los acontecimientos», declaró Eurlings en un comunicado a los medios desde su país natal.
Eurlings fue acusado de agresión en 2015 por quien entonces era su novia. El año pasado se llegó a un acuerdo para resolver el caso sin necesidad de presentar cargos penales y sin admisión de culpabilidad de parte del ex legislador y ministro del gobierno, y ex director general de la aerolínea KLM.
«La discusión de si yo debería permanecer o no (en el cargo) se aleja de lo que esto se debería de tratar: deporte y atletas», manifestó Eurlings. «Es por eso que, con todo el dolor de mi corazón, yo renuncio como integrante del COI».
El COI no tomó medidas el año pasado respecto al caso, que el Comité describió en su momento como “un asunto privado”.
Las discusiones respecto a la conducta de Eurlings se reavivaron en días recientes luego que él reconociera algunos detalles en una entrevista a un periódico holandés. El funcionario de 44 años ofreció disculpas públicamente a su ex novia, al COI, al Comité Olímpico Holandés y a los atletas.
Eurlings dijo que se registró un «altercado mutuo», una descripción que fue vista en Holanda como una forma de evadir el asunto.
El organismo olímpico confirmó el viernes que había aceptado la renuncia «con pesar».
«Si bien lamentamos su decisión, que es personal, respetamos las medidas tomadas en interés del COI, del Movimiento Olímpico y de todos los involucrados», indicó el COI a través de un comunicado.
La salida de Eurlings deja al COI con 99 integrantes mientras se prepara para su sesión del mes entrante en Corea del Sur previo a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang.
Entre sus miembros se encuentra un ex colega de Eurlings en la comisión de comunicaciones, Alex Gilady, que también enfrenta acusaciones de comportamiento inapropiado hacia varias mujeres.
Gilady continúa con sus labores olímpicas mientras un funcionario de ética del COI analiza las acusaciones de acoso sexual en la industria de la televisión en Israel durante la década de 1990.
AP