Paralelamente a su actuación con la selección de Brasil en el Mundial de Rusia, donde ya ha logrado plantarse en los cuartos de final del torneo, Willian Borges (29 años, Chelsea) está jugando otro partido en Londres. El mediapunta, de 29 años, ha delegado en uno de sus agentes, Kia Joorabchian, para que sea él quien se encargue de llevarle al Camp Nou. Willian está decidido a jugar en el Barça y confía en que su representante juegue las cartas necesarias para poder vestir de azulgrana.
Después de estar la semana pasada en Barcelona, Kia se encuentra ahora en Londres, donde tiene fijada su residencia habitual, pero no precisamente para estar en casa con los brazos cruzados. Con su habitual discreción, Joorabchian está negociando con los dirigentes del Chelsea para tratar de que le faciliten la salida a su representado.
Tras cinco temporadas en Stamford Bridge, en las que ha jugado 236 goles y ha marcado 44 goles, Willian sabe que no volverá a contar con otra oportunidad de poder vestir de azulgrana y jugar al lado de Leo Messi y no está dispuesto a dejarla escapar. El Chelsea pagó por él hace cinco años 37,4 millones y ahora le pide al Barça 80 millones, una barbaridad. Pero no todo está dicho en esta partida.